Cossío: «el arte de saber ver»

Cossío delante del arco mudéjar del jardín de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid, años veinte. Fundación Francisco Giner de los Ríos, Madrid. Manuel B. Cossío delante del arco mudéjar del jardín de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid, años veinte. Fundación Francisco Giner de los Ríos, Madrid.

«La escuela es toda espíritu. El espíritu sin la libertad no florece»
 «Si la escuela no se coloca en medio de la vida y abre sus ventanas de par en par a la naturaleza, está muerta».
Manuel B. Cossío

La trayectoria de Manuel B. Cossío no puede desligarse de la Institución Libre de Enseñanza, el marco de referencia desde el que hay que abordar su biografía y sus intereses pedagógicos y artísticos. Allí puso en práctica su singular empeño de cultivar la sensibilidad artística para despertar las diversas potencialidades de los alumnos, amparado en la feliz expresión del «arte de saber ver», formulada por Cossío en un influyente artículo publicado en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza en la temprana fecha de 1879. Una particular manera de enseñar que hundía sus raíces en el racionalismo armónico del filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause —cuyo tratado de estética fue anotado y traducido al castellano por Francisco Giner de los Ríos—, así como en la aportación de algunas figuras del mundo anglosajón, como William Morris o John Ruskin, de quienes era deudora la manera de Cossío de acercarse al medio artístico.

Para la puesta en marcha de estas ideas, Manuel B. Cossío se sirvió de la organización y la práctica de las excursiones, lo que convirtió a la Institución Libre de Enseñanza en la escuela más avanzada de Europa. Las excursiones eran «un elemento esencial del proceso intuitivo», en tanto que proporcionaban «los medios más propicios, los más seguros resortes para que el alumno pueda educarse en todas las esferas de su vida», según palabras del propio Cossío. Además, junto al conocimiento concreto de las cosas y un mayor afinamiento en el modo de sentir y percibir, las excursiones fomentaban el «amor patrio», cualidad fundamental de las desarrolladas por la ILE en su afán por recorrer, visitar y conocer España.